La enseñanza y el aprendizaje necesitan mejorar
“Si queremos otra sociedad, necesitamos otras escuelas,
y también otro modelo de dirección.”
Los estándares de la enseñanza y el aprendizaje necesitan mejorar y hacerlo de manera continua para que las escuelas consigan asegurar que los niños y los jóvenes puedan ser exitosos en el futuro.
Los líderes escolares desempeñan una función clave en la mejora de los resultados escolares al influir en la motivación y la capacidad de los maestros y afectar el ambiente y el entorno en el cual trabajan y aprenden. Para aumentar su influencia, los líderes escolares necesitan desempeñar un papel más activo en el liderazgo educativo al:
• Supervisar y evaluar el desempeño de los maestros.
• Realizar y organizar la instrucción y la tutoría.
• Planificar la formación profesional del maestro.
• Organizar el trabajo de equipo y el aprendizaje colaborativo.
La pedagogía está cambiando
Para tener éxito en la sociedad del conocimiento actual, los niños y los jóvenes necesitan cambiar en formas más fuertes de aprendizaje activo y constructivista que enseñe la comprensión y la independencia. Existe una creciente individualización y personalización que puedan ofrecer oportunidades de aprendizaje incluyentes y sensibles a los ambientes multiculturales para grupos de estudiantes cada vez más diversos.
Los líderes escolares necesitan dominar estas nuevas formas de pedagogía de modo que puedan supervisar y evaluar la práctica de sus maestros. Los directores escolares, como líderes del aprendizaje, pueden establecer comunidades de práctica eficaz en las cuales la formación profesional continua se vuelva más sofisticada y se integre al quehacer del día laboral.
Autonomía y rendición de cuentas.
Los líderes escolares sólo pueden influir en los resultados de los estudiantes si cuentan con autonomía suficiente para tomar decisiones importantes acerca del currículum, la selección y formación de maestros; además, sus principales áreas de responsabilidad deberán concentrarse en mejorar el aprendizaje de los alumnos. Los países optan cada vez más por la toma de decisiones descentralizadas y por equilibrar ésta con una mayor centralización de los regímenes de rendición de cuentas, como las pruebas estandarizadas.
La descentralización tiene desventajas, así como beneficios. Por ejemplo, el control a nivel escolar de los presupuestos delegados crea oportunidades para que los líderes escolares asignen recursos a las áreas de desarrollo prioritario, pero aumenta la carga de la administración financiera, dejando menos tiempo para concentrarse en la enseñanza y el aprendizaje. Los líderes escolares ahora son responsables a menudo de los resultados de aprendizaje de docentes y alumnos, cuando con anterioridad lo eran por sus contribuciones a los procesos de aprendizaje.
La política y la práctica necesitan trabajar mejor en conjunto
La política gubernamental diseñada para cambiar la práctica en las escuelas sólo puede funcionar cuando es congruente con otros procesos, sistemas y prioridades escolares. La implementación eficaz depende de la motivación y las acciones de los líderes escolares.
Los responsables de política educativa necesitan involucrar a los líderes escolares en un diálogo y consulta significativos y continuos acerca del desarrollo y la formulación de políticas. Los líderes escolares que sienten que la reforma les pertenece tendrán mayor probabilidad de comprometer a su personal y a sus alumnos en la implementación y el sostenimiento de los cambios.
Las escuelas son confrontadas por un entorno cada vez más complejo
En las sociedades rápidamente cambiantes, las metas para las escuelas y los medios para lograrlas no son siempre claros y estáticos. Las escuelas se encuentran bajo tremenda presión para cambiar y los líderes escolares deben permitir a los maestros y a los estudiantes tratar con eficacia los procesos de cambio.
Los directores de las escuelas más exitosas en circunstancias difíciles por lo común son reconocidos por los padres de familia y la comunidad en general; asimismo, están comprometidos con ellos y gozan de su confianza; buscan mejorar el logro y el bienestar para niños y jóvenes al involucrar a empresas, clubes deportivos, grupos de fe y organizaciones comunitarias.
Los líderes escolares también colaboran cada vez más con los líderes de otras escuelas y con el distrito para compartir los recursos y habilidades necesarios para brindar una gama diversa de oportunidades de aprendizaje y servicios de apoyo.
La investigación y la experiencia han evidenciado que el comportamiento y la actitud de la persona que asume las funciones de dirección en la escuela son un elemento fundamental que determina la existencia, la calidad y el éxito de procesos de cambio en la escuela (Murillo, 2006).
Leithwood realiza una síntesis de algunas de las características del ejercicio del liderazgo para una organización escolar, y la distribuye en cuatro ámbitos:
a)- Propósitos (visión compartida, consenso, y expectativas)
b)- Personas (apoyo individual, estímulo intelectual, modelo de ejercicio profesional).
c)- Estructura (descentralización de responsabilidades y autonomía de los profesores)
d)- Cultura (promover una cultura propia y colaborativa).
La investigación establece 4 categorías amplias que engloban las prácticas clave para identificar la existencia de un liderazgo exitoso o efectivo.
1. Establecer direcciones;
2. Rediseñar la organización;
3. Desarrollar personas; y
4. Gestionar la instrucción (enseñanza y aprendizaje) en la escuela.
Cada una de estas categorías contiene a su vez un conjunto de comportamientos asociados:
a. La influencia idealizada como atributo,
b. La influencia idealizada como comportamiento,
c. La motivación
d. La estimulación Intelectual
e. La consideración individualizada.
De esta forma, es posible afirmar que si queremos cambiar las escuelas y, con ello, mejorar la educación, necesitamos contar con personas que ejerzan un liderazgo desde el interior de la escuela que inicie, impulse, facilite, gestione y coordine el proceso de transformación. Personas con una preparación técnica adecuada pero, sobre todo, con una actitud y un compromiso con la escuela, la educación y la sociedad capaces de ponerse al frente del proceso de cambio.
Para conseguir una dirección para el cambio es necesario replantearse el modelo de dirección desde sus bases, empezando por reformular el propio concepto de liderazgo, quién y cómo se asume.
Así, es necesario:
· Una dirección visionaria,
· Que asuma riesgos.
· Directamente Implicado en las decisiones pedagógicas.
· Un liderazgo compartido y distribuido.
· Con una dirección centrada en el desarrollo de las personas tanto individual como colectivamente, y
· Bien formada en procesos de cambio.
David Hopkins señala que existen cinco puntos para hacer más efectivos los sistemas educativos (Hopkins, 2009):
1. Crear una visión país para la educación
2. Identificar prioridades para concentrarse en ellas
3. Invertir en la calidad de los profesores
4. Invertir en la calidad de los directores
5. Alinear el sistema educativo
Las lecciones que legó Michael Fullan en su clásica obra “Change Forces” acerca de un proceso de cambio (Fullan, 1993, 21-22).
· Lección 1: Lo importante no puede ser impuesto por mandato (Cuanto más complejo es el cambio, menos puedes forzarlo)
· Lección dos: El cambio es un viaje no un modelo (el cambio es no lineal, está lleno de incertidumbres y pasiones, y algunas veces llega a ser perverso)
· Lección tres: Los problemas son nuestros amigos (Los problemas son inevitables y no es posible aprender sin ellos)
· Lección cuatro: La visión y la planificación estratégica vienen después (Visiones y
planificaciones prematuras ciegan)
· Lección cinco: He de existir un equilibrio entre el individualismo y el colectivismo (No hay soluciones unidimensionales al individualismo ni al pensamiento grupal)
· Lección seis: Ni la centralización ni la descentralización funcionan en solitario (tanto las estrategias de arriba a abajo como las de abajo a arriba son necesarias)
· Lección siete: Es fundamental una amplia conexión con el entorno (Las mejores organizaciones aprenden tanto del interior como del exterior)
· Lección ocho: Cada persona es un agente del cambio (el cambio es demasiado importante para dejarlo a los expertos)
Estas ocho lecciones nos hacen poner los pies en la tierra.
“Por que sólo se conseguirán escuelas de más calidad y más equitativas si los directivos se comprometen en la tarea de transformar la cultura de la escuela, trasformación que pasa inevitablemente por una reformulación profunda del modelo de dirección.”
¿Pero cuál es la situación actual en nuestro país?
A continuación se establecen algunos links sobre algunos aspectos de la situación actual de la educación en el país.
Educación
Dra. Sylvia Schmelkes
Disposición del docente para
romper paradigmas
Dra. Sylvia Schmelkes,
https://www.youtube.com/watch?v=60ICOCBhdUo
Encuentro Nacional de Escuelas
de Calidad:
Conferencia "Competencias
Directivas y Liderazgo Escolar"
Dr. German Escorcia
https://www.youtube.com/watch?v=tE4GFqRAFEg
https://www.youtube.com/watch?v=Pc0U3wblSt4
Bibliografía
Fullan M. (2003). Change Forces: Probing the depths of educational reforms. The Falmer Press. 4 John St., London. WC1N2ET
Hopkins D. (2009) School and System Improvement: Stateof art review. 24th International Congress of School Effectiveness and School Improvement. Recuperado el 12 may 2014 de: http://www.icsei.net/icsei2011/State_of_the_art/State_of_the_art_Session_C.pdf
Murillo F. (2006). Una dirección escolar para el cambio. Del liderazgo transformacional al liderazgo distribuido. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, (REICE) vol.4, num. 4e, 2006, pp. 11-24.
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